Siempre tú...

Tas solo busco encontrarte y darte un susto de broma...


Y jugar contigo como una niña pequeña, que hasta te de miedo...


Que me hagas bromas hasta que me piques...


Y que te rías de mi cara de enfado...


Que cuando no estás... No tengo ganas ni de vivir...


Que siempre me acompañas esté como esté...


Y siempre tienes lo que necesito para hacerme sonreír...

Es tu vida por delante...

Jo... Me siento como una pequeña a la que le afecta todo, la que mira por la ventana soñando con elefantes rosas y unicornios, a la que lo que le preocupa es si sus padres le compraran una piruleta a la salida del colegio, la que quiere pasarse el día jugando y ríe sin cesar por cualquier cara rara que le pongan sus padres, la que quiere estar en brazos de su padre y escuchar a su madre cantarle en voz baja antes de dormirse, la que al despertarse, lo hará con un pequeño beso en la frente de las personas que más la quieren en el mundo y la que vive sin preocupaciones de verdad y es feliz cada día, y que cuando esta triste llora para que sus padres se fijen en ella y la acompañen durante esos momentos tan duros, que en verdad no son nada comparado con lo que de verdad se llaman problemas.


No, no me siento como ese tipo de niña pequeña. A mi me afecta todo, pero lo oculto todo lo mejor que puedo, miro la ventana soñando con que estás a mi lado, que lo que me preocupa es que sigas ahí y no desaparezcas nunca, que quiero pasarme el día hablando contigo y riendo junto a ti y sonriendo sin cesar con tan solo verte, soy la que quiere sentir tus brazos alrededor mío y escucharte decir que no pasa nada, que todo está bien, que cada mañana cuando me despierte sea con tu voz y tus caricias, sabiendo que me quieres más que a nada en el mundo, que me lo has dicho y me lo has demostrado, soy la que cuando llora lo hace intentando que no la veas, ni tu, ni nadie, porque se avergüenza de ello, entendiendo a la vez, que esto no son "realmente" problemas a la vista de cualquiera, pero que para mi lo significan todo y conllevan mi bien estar diario y en definitiva mi vida.


Como tu dices he cambiado, lo sé, me conociste siendo una niña pequeña, que nunca había tenido problemas reales, la cual tenía un problema y al día siguiente era borrón y cuenta nueva, en la cual el nudo en el pecho tan solo se le hacía cuando había suspendido un examen y se lo tenía que decir a mis padres, que lloraba delante de todo el mundo para que vieran que estaba mal y que de verdad me habían hecho daño, la que pasaba el día con sus padres y veía los problemas de verdad como en una película, que veía demasiado lejano el hecho de enamorarse de verdad y perder la cabeza por ello, el tener una necesidad que sientes que mueres cada día por ello, la que vivía en una burbuja ignorando todos lo problemas y la realidad... Justo lo que mis padres quería, lo que todos los padres quieren y tu por no hacerles caso vas a la boca del lobo, estrellándote,sin nada que te frene aunque sea un poco...


Hay gente que tiene más suerte que otra, o no, depende de como se vea, yo, para bien o para mal, crecí de golpe, algo que a mis padres no les ha gustado por no poder ahorrarme el sufrimiento que han visto cada noche en mi cama cuando pasaba las noches en vela llorando, todo el sufrimiento que me veían en la cara todos los días al levantarme, o cuando me encerraba en mi habitación...


Pero, lo único que sé es que, si para crecer como debería de haber hecho y haber madurado de una forma más normal, tengo que renunciar a lo vivido y arriesgarme a no vivirlo... Me quedo como estoy, como si tengo que sufrir más que nunca, como si tengo que saltar por la ventana, como si lo tengo que seguir pasando mal mucho tiempo hasta que todo vuelva a la normalidad... Lo único que sé, es que amo lo vivido y no lo cambiaría por nada del mundo...

Y esperaba que fuera por siempre...

Echo de menos todo. Mi habitación con mis peluches, mis padres, mis amigos... Mi ciudad, mi vida.
Pero lo que más echo de menos es aquella relación que parecía indestructible entre nosotros, decían que éramos   uña y carne. Ahora, simplemente, somos dos cuerpos perdidos y separados a más de dos mil kilómetros.
Y no te puedes imaginar como añoro el poder sentir tus abrazos y tus caricias cuando estaba mal, cuando estaba triste, cuando, simplemente con una sonrisa me animabas, cuando me hacías reír y sonreír.
Ahora es cuando más te necesito, cuando me siento completamente vacía, perdida y sin saber que hacer, viviendo el presente encerrada en el pasado, viendo pasar el tiempo sin ningún sentido, simplemente pasando y recordando como vivía el pasado y sus momentos, como si fueran los últimos.
Y me siento la persona más egoísta del mundo escribiendo esto, cuando sé lo que estás pasando, que el que de verdad necesita ayuda eres tú... Y todo por mi culpa y sabiendo que todo lo he provocado yo, aún soy capaz de pedirte ayuda, porque me he acostumbrado tanto a ella, que siento dependencia, y sé que eso es malo, pero también inevitable, aunque, bueno, miento, la quiero, la necesito, pero por lo menos creo que aún conservo la suficiente decencia para no hacerlo, de no llamarte cuando necesito hablar contigo o por lo menos hacerlo lo mínimo posible que soy capaz de hacer y actuar, porque estoy constantemente sintiendo que me falta algo, constantemente sintiendo añoranza que intento aplacar recordando el pasado e intentando vivirlo en el momento, pero luego me doy cuenta de que tan solo son... Lo que son... Recuerdo. Momentos buenos y momentos malos, que por mucho que quiera o intente, jamás podré volverlos a vivir.


Al dormir, todas las noches, pienso en ti, me giro y veo el gorro que me regalaste, que en verdad, siempre te pertenecerá, que alberga de los mejores recuerdos que hemos vivido... Y puedo aún notar tu aroma en él, aún presente y luego, simplemente... Intento pensar que estás ahí, a mi lado... Y que me acompañarás siempre y no me dejarás sola...

Somos distintos, a la vez que semejantes

Somos distintos, desde siempre lo hemos sido. Las mujeres de los hombres llegamos a ser semejantes, pero, al igual que no hay dos chicas iguales, tampoco chicos. Los sentimientos nunca se expresan de una misma forma.
Los chicos, con miedo a expresar sus sentimientos por el simple echo de ser rechazados y recibir a cambio un sentimiento de vergüenza que no están dispuestos dispuestos a soportar, u ofrecer el mismo cariño cariño que ofrecemos las chicas, simplemente porque para ellos, ese es nuestro trabajo debido a nuestra forma de ser, sin embargo, luego, cuando se han arriesgado y han perdido en el intento, su sufrimiento se hace visible por mucha coraza orgullosa con la que se intenten cubrir. Lo vuelven a intentar y otra vez más, ya que para ellos el olvido, es algo muy lejano.
Las chicas, nos encaprichamos, creyendo que es amor, porque creemos, porque creemos que es lo que debemos hacer, ser lo decentes que los chicos no son, que tenemos que amar de verdad. Siempre nos arriesgamos aunque perdamos y nuestro dolor se hace visible, nos vamos enamorando de personas creyendo que lo que de verdad sentimos es amor y al final perdemos, dejamos de intentarlo y pasamos al llanto de cada noche, esperando al lejano olvido, confiando en él, y luego, volvemos a caer, recordando el pasado, viviendo con miedo a cada paso que damos, observando como todo es un círculo vicioso en el que tiene que llegar alguien que te haga parar, aquella persona de la que dependes aunque no quieras.

No digo que esto lo haga todo el mundo, hay más de mil millones de personas en el planeta y como no, siempre existe la excepción que confirma la regla.


Y da igual lo que tardemos o cómo nos manifestemos, de la forma en que lo sintamos y el tiempo que duremos...
Todos nos enamoramos, todos nos ilusionamos, todos cometemos errores, todos reímos, todos lloramos, todos sufrimos, todos amamos...

Y todos miramos al cielo día a día, dejando pasar el tiempo sin más, esperando e intentando creer que llegará  aquella persona que hará que nuestra vida cobre sentido...